viernes, 20 de mayo de 2016

Felicitar la pascua un año mas

Para cantar la Pascua del Señor

Cuanto la lengua a proferir no alcanza
tu cuerpo nos lo dice, ¡oh Traspasado!
Tu carne santa es luz de las estrellas,
victoria de los hombres, fuego y brisa,
y fuente bautismal, ¡oh Jesucristo!

Cuanto el amor humano sueña y quiere,
en tu pecho, en tu médula, en tus llagas
vivo está, ¡oh Jesús glorificado!
En ti, Dios fuerte, Hijo primogénito,
callando, el corazón lo gusta y siente.

Lo que fue, lo que existe, lo que viene,
lo que en el Padre es vida incorruptible,
tu cuerpo lo ha heredado y nos lo entrega.
Tú nos haces presente la esperanza,
tú que eres nuestro hermano para siempre.

Contigo sube el mundo cuando subes,
y al son de tu alegría matutina
nos alzamos los muertos de las tumbas;
salvados respiramos vida pura,
bebiendo de tus labios el Espíritu.

Cautivos de tu vuelo y exaltados
contigo hasta la diestra poderosa,
al Padre y al Espíritu alabamos;
como espigas que doblan la cabeza
los hijos de la Iglesia te adoramos. Amén.

Apariciones y Milagros en Medjugorje

Desde un principio, las apariciones de Medjugorje estuvieron acompañadas de fenómenos inusitados, tanto en el cielo como en la tierra, especialmente por curaciones milagrosas. Yo mismo, junto con cerca de mil peregrinos, experimenté una excepcional danza del sol. Dicha manifestación fue tan inusual y evidente que todos, sin excepción, la clasificaron como un milagro. Ninguno de los presentes permaneció indiferente, de lo cual me convencí personalmente al interrogar a todos los que estaban ahí. El gozo, las lagrimas y las afirmaciones de los presentes lo confirmaron fuertemente. De sus palabras podía inferirse que ellos entendían esa manifestación como una confirmación de la autenticidad de las apariciones y como un incentivo para responder a los mensajes de Medjugorje, aceptándolos. Y éste es el propósito real de los milagros: ayudar a la gente a creer y a vivir por la Fe, porque [los milagros] están al servicio de la Fe y de la salvación del pueblo


Fin dall'inizio, le apparizioni di Medjugorje sono state accompagnate da molti fenomeni insoliti, sia in cielo che a terra, specialmente da guarigioni miracolose. Io stesso ho visto l'insolita danza del sole insieme a un centinaio di pellegrini. Questa manifestazione era così insolita e ovvia, che tutti senza eccezione l'hanno classificata come un miracolo. Nessuno dei presenti è stato indifferente e me ne sono convinto facendo delle domande ai presenti. La gioia, le lacrime e le loro asserzioni lo hanno confermato. Dalle loro parole si potrebbe vedere che essi hanno capito quella manifestazione come una conferma dell'autenticità delle apparizioni e un incentivo a rispondere ai messaggi di Medjugorje, accettandoli. Questo è lo scopo reale del miracolo: aiutare la gente a credere e a vivere di fede perché essi siano al servizio della fede e della salvezza.